Esta semana me llego un email con esta invitacion. Lamentablemente, ayer estuve en casa enfermo y no pude ir. Pero me he quedado con las ganas de saber que ocurre cuando se juntan la trascendental (e interminable) oratoria francesa con la pausada (y bastante interminable tambien) elocuencia argentina. Y por supuesto, me quede con las ganas de ver bailar tango!
Hablando de esto, confieso publicamente mi inutilidad en cuestiones de danza y baile. Hace ya un par de años, Roberta y yo nos apuntamos a un curso de tango. Las buenas intenciones y entusiasmo de los primeros dias se transformaron rapidamente en estres, especialmente para mi, ya que el hombre ha de mandar en el tango y, ya se sabe.. donde hay patron... no hay tango que valga! Asi que tras varios meses intentandolo nos retiramos de la escena al graderio.
Aqui os dejo con un tango futbolistico (puede haber algo mas argentino?)
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